
Hay cocinas que no solo se usan, se viven. Espacios donde cada detalle —desde la elección de los materiales hasta la luz que entra por la ventana— parece estar en equilibrio. Así es el nuevo proyecto de Tablero Estudio: una cocina que refleja tranquilidad, relajo y ese tipo de calidez que hace sentir que todo está en su lugar.
Desde la primera reunión, nuestra clienta fue clara con su deseo: quería una cocina que evocara calma sin perder elegancia. Inspirada en referentes de colores claros, fibras naturales y texturas suaves, nos propusimos crear un diseño donde la estética y el bienestar fueran de la mano.
El arte de diseñar con calma
Durante las primeras conversaciones, exploramos distintos tonos y materiales hasta encontrar la combinación perfecta: muebles lacados en blanco y madera natural. Esta mezcla logró exactamente lo que buscábamos: una atmósfera serena, envolvente, sin excesos.
En Tablero, sabemos que el verdadero lujo no siempre está en lo ostentoso, sino en los espacios que te permiten respirar. Y este proyecto es el ejemplo perfecto.
Una isla como corazón funcional
El punto central del diseño fue la isla de cocina, pensada para entregar una amplia superficie de trabajo y apoyo. Pero no solo es funcional: también es el lugar donde se reúne la familia, donde se preparan comidas y se comparten conversaciones cotidianas.
La clienta eligió las sillas Danubio, en su versión de taburete, las mismas que incluimos en el showroom de Tablero Estudio. Su diseño complementa perfectamente la estética cálida y natural del conjunto, haciendo que el espacio se sienta acogedor, pero con estilo.
Orden visual, calma interior
Para mantener la sensación de serenidad, los artefactos se integraron de manera panelable: el refrigerador y el congelador quedaron ocultos tras frentes lacados, idénticos al resto del mobiliario.
Así, logramos una coherencia visual que evita el “ruido” y potencia la calma. Una decisión técnica y estética que hace toda la diferencia.
Un desayunador para empezar bien el día
La cocina cuenta también con un espacio de desayunador pensado para mantener despejada la cubierta principal.
Aquí se ubican hervidores, cafeteras y tostadores, lo necesario para comenzar la mañana con orden y belleza.
Un rincón que no solo es funcional, sino también emocional: el punto de partida de cada día.
Calidez como esencia
Cuando le preguntamos a la clienta qué quería que evocara su cocina, su respuesta fue inmediata: calma, tranquilidad y por sobre todo, calidez.
Esa fue nuestra guía durante todo el proceso.
En Tablero Estudio, entendemos la calidez como algo más que un concepto estético. Es una sensación. Es la manera en que un espacio te abraza, en que la luz se refleja sobre la madera, en que los materiales naturales te invitan a quedarte.
Y es precisamente eso lo que conseguimos en esta cocina: un refugio contemporáneo donde el diseño y la emoción se encuentran.